✿ Un regalo muy especial

Estuche y metro

Para Navidad mi hermana me pidió un estuche pequeñito para sus agujas de ganchillo. Tenía que ser de colores oscuros y lo quería con un cupcake como el que hice para mi punto de lectura, pero quería que fuese de pistacho y no de nata.
Lo que ella no se esperaba es que le regalaría una cinta métrica autoenrollable a juego. Para hacerla, apliqué una técnica que aprendí en un taller de "Cómo hacer pastelitos de fieltro", que básicamente consiste en forrar una base que ya tiene la forma deseada. Así que simplemente puse el metro autoenrollable (que no es más que una cajita de plástico con un botoncito que activa el mecanismo) sobre el fieltro y marqué el contorno con el rotulador de patronaje, medí el lateral a lo alto y largo y corté la pieza.
Al principio no paraba de darle vueltas a cómo lo haría para que no se moviese todo, pero la solución estaba de nuevo en la técnica de forrar pastelitos de fieltro: pegarlo con pegamento. Para darle mejor acabado, cosí las piezas de fieltro con punto festón y ¡voilà!

Interiores del needlebook

Guarda agujas

Pues bien, para su cumpleaños decidí hacerle un guarda agujas o libro de agujas de coser (en inglés, "needlebook") también a juego. Y he de decir que, para ser el primero que hacía, quedé muy contenta con el resultado. Yo creo que le gustó bastante, porque se quedó sin palabras y a mi madre le pareció muy bonito también. 

En la imagen de los interiores se ve: la primera página, que está pensada para clavar para agujas con punta para atravesar tejidos; la página central, con una tira cosida a modo de trevillas para poner las agujas de punta roma y un bolsillito para evitar que se caigan; y la contraportada, con un trocito de fieltro imitando una nota Post-it® para guardar mini-imperdibles (que van muy bien como marcadores cuando tejes amigurumi, sobre todo las partes pequeñitas porque te deja ver lo que estás haciendo ^.^).

Cuando tenga un ratito, me haré uno para mí, porque me pareció bastante práctico, la verdad. ❀